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Romanticismo en Europa



El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, dándole importancia al sentimiento.
Se desarrolló fundamentalmente en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra a Alemania. Después a Francia, Italia, España, etc
Contexto Histórico
  • Revolución industrial
  • Todos los escritores realistas admiran y toman como referencia en sus novelas a Napoleón Buenaparte

Características


El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:
·          La conciencia del Yo como entidad autónoma.
·          La primacía del Genio creador de un Universo propio.
·          La supremacía del sentimiento frente a la razón neoclásica.
·          La fuerte tendencia nacionalista.
·          La del liberalismo frente al despotismo ilustrado.
·          La de la originalidad frente a la tradición clasicista.
·          La de la creatividad frente a la imitación neoclásica.
·          La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.

Representantes del Romanticismo en Europa

Alemania

     Johann W. Goethe: “Fausto”
Novalis: “Himnos de la noche”
Federico Schiller: “Los bandidos”, “Guillermo Tell”
España
      Gustavo A. Bécquer: “Rimas” “Leyendas”
José de Espronceda: “El estudiante de Salamanca”
José Zorrilla y del Moral: “Don Juan Tenorio”
Inglaterra
     Lord Byron:“ La Peregrinación de Childe Harold”
Walter Scott: “Ivanhoe”
Percy Bysshe Shelley: “Alastor”
Francia
     Víctor Hugo: “Los miserables”
Alejandro Dumas: “El Conde de Montecristo”
Alfonso Lamartine: “Meditaciones”
Francisco Renato, vizconde de Chateubriand: “Atala”

Profundizando autores y obras destacadas



Gustavo Adolfo Bécquer 
Originario de Sevilla, España, Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 siendo su padre un célebre pintor del costumbrismo sevillano quien dejó huérfano a Adolfo a los cinco años. Como es conocido, no era fácil subsistir de la literatura, Gustavo vivio de sus artículos literarios que eran entonces de poca demanda por lo que alternó esta actividad con la elaboración de pinturas al fresco. Tiempo después encontró una plaza en la redacción de "El Contemporáneo" y fue entonces que escribió la mayoría de sus leyendas y las "Cartas desde mi celda". Gustavo, se enfermó sin ningún síntoma preciso, de pulmonía que se convirtió luego en hepatitis para tornarse en una pericarditis que pronto había terminar su vida el 22 de diciembre de ese mismo año.

  RIMA XL I I I
Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
Mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.
¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarme
la embriaguez horrible de dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía el sol.
Ni sé tampoco en tan terribles horas
en qué pensaba o que pasó por mí;
solo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.
Gustavo Adolfo Becquer

Víctor Hugo
Escritor francés.Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.De este exilio de veinte años nacieron Los castigos, brillante sarta de poesías satíricas, la trilogía de El fin de SatánDios y La leyenda de los siglos, ejemplo de poesía filosófica, en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien desde la época bíblica hasta su tiempo, y su novela Los miserables, denuncia de la situación de las clases más humildes.Considerado como uno de los mayores poetas franceses, su influencia posterior sobre Baudelaire, Rimbaud e incluso Mallarmé y los surrealistas es innegable.


Extracto "Los Miserables"
-Monseñor, monseñor -exclamó-: ¿Sabe Vuestra Grandeza dónde está el canastillo de
los cubiertos?
-Sí -contestó el obispo.
-¡Bendito sea Dios! -dijo ella-. No lo podía encontrar.
El obispo acababa de recoger el canastillo en el jardín, y selto presentó a la señora
Magloire.
Aquí está.
-Sí -dijo ella-; pero vacío. ¿Dónde están los cubiertos?
-¡Ah! -dijo el obispo-. ¿Es la vajilla lo que buscáis? No lo sé.
-¡Gran Dios! ¡La han robado! El hombre de anoche la ha robado.
Y en un momento, con toda su viveza, la señora Magloire corrió al oratorio, entró en la
alcoba, y volvió al lado del obispo.
-¡Monseñor, el hombre se ha escapado! ¡Nos robó la platería!
El obispo permaneció un momento silencioso, alzó después la vista, y dijo a la señora
Magloire con toda dulzura:
-¿Y era nuestra esa platería?
La señora Magloire se quedó sin palabras; y el obispo añadió:
-Señora Magloire; yo retenía injustamente desde hace tiempo esa platería. Pertenecía a
los pobres. ¿Quién es ese hombre? Un pobre, evidentemente.
-¡Ay, Jesús! -dijo la señora Magloire-. No lo digo por mí ni por la señorita, porque a
nosotras nos da lo mismo; lo digo por Vuestra Grandeza. ¿Con qué vais a comer ahora,
monseñor?
El obispo la miró como asombrado.
-Pues, ¿no hay cubiertos de estaño?
La señora Magloire se encogió de hombros.
-El estaño huele mal.
-Entonces de hierro.
La señora Magloire hizo un gesto expresivo:
-El hierro sabe mal.
-Pues bien -dijo el obispo-, cubiertos de palo.
Algunos momentos después se sentaba en la misma mesa a que se había sentado Jean
Valjean la noche anterior. Mientras desayunaba, monseñor Bienvenido hacía notar
alegremente a su hermana, que no hablaba nada, y a la señora Magloire, que murmuraba
sordamente, que no había necesidad de cuchara ni de tenedor, aunque fuesen de madera,
para mojar un pedazo de pan en una taza de leche.
-¡A quién se le ocurre -mascullaba la señora Magloire yendo y viniendo- recibir a un
hombre así, y darle cama a su lado!

(Fragmento de "Los Miserables" - Victor Hugo)















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